sábado, 28 de febrero de 2009

Me gustaría plasmar mediante palabras la foto del Sudán actual y explicar, por encima, su procedencia, sin adentrarme en los detalles de su historia aún desconocidos para mí. De esta manera, los lectores, podrán entender y analizar mejor lo aquí contado.

Sudán es un país complejo, capaz de abarcar en su territorio, de una extensión similar a cuatro veces la de España, gente procedente de distintas etnias y nacionalidades. Ejerciendo una fuerza centrífuga en la región del noreste del continente y conocido como el granero de África, reúne personas de todos y cada uno de los nueve países fronterizos (Eritrea, Etiopía, Uganda, Kenia, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Chad, Libia y Egipto) que lo utilizan como país de refugio (todos los países salvo Egipto y Libia sufren conflictos creando desplazados), como medio de paso en su migración hacia el norte o medio oriente, o como destino final, voluntario o no, hacia un intento de vida más digna.


Antiguamente, ya fue lugar de tránsito para caravanas de comerciantes que recorrían el sahel durante los siglos de oro del imperio árabe-musulmán, peregrinos de todas partes del continente con ánimo de cruzar el bello mar Rojo y dirigirse a la sagrada ciudad de la Meca, templo de culto del Islam, y para desafortunados, convertidos en esclavos, que acababan siendo valorados en los mercados de personas más conocidos y frecuentados de la región. La idiosincrasia sudanesa está formada pues por una mezcla entre antiguos comerciantes árabes, peregrinos musulmanes, gentes del Mediterráneo (turcos, griegos, etc.) y africanos negros autóctonos, migrantes o esclavos, entre otros. Motivos religiosos y económicos forman así la tan heterogénea sociedad sudanesa, especialmente la de su capital, Jartum.

El pueblo “árabe”, ha jugado en los últimos siglos un papel dominante en el país. Siendo un protectorado inglés durante la primera mitad del Siglo XX, los egipcios ejercían el control, ocupándose mayoritariamente del Centro y del Norte del territorio. Tras la independencia en 1956, el gobierno pasa a manos sudanesas de ascendientes árabes con una fuerte influencia egipcia. Desde entonces, como todo buen país africano, se ha visto sumido en guerras civiles, golpes de estado y conflictos de intereses de poder étnicos.
Siempre bajo tal predominancia árabe, Sudán ha sido gobernado por varios militares, beneficiando a su propia etnia y dificultando el acceso a riquezas comunes, tierra y poder, al resto de etnias pertenecientes a las regiones del Oeste, Este y Sur. Esta situación, es de hecho la causante de la actual crisis humanitaria, al igual que lo ha sido de la guerra civil reconocida más larga del continente.

Jartum es el paradigma del resultado de tales hechos históricos que dan explicación a la foto actual, recién descrita. Consecuencia de este granero, existe un sistema de clases, racista de puertas para dentro y regido por una creciente dinerocracia que cada vez va creando mayores desigualdades, pareciéndose más a una gran urbe de país en “desarrollo” donde los paneles electrónicos y los anuncios de multinacionales se encuentran sobre semáforos acompañados por mutilados de guerra, leprosos o enfermos de la póleo, y donde los mercedes y los todo terreno circulan al lado de carros tirados por burros cargando agua y paja entre otros bienes.

En medio de este escenario, trabajadores de ONG’s, organizaciones internacionales, embajadas y empresas privadas, componen la clase “hawaia” – extranjero - del país, viviendo en su mayoría como la, escasa pero marcada y cada vez mayor, clase alta local, contribuyendo, más que impidiendo, a la instauración de un inevitable sistema clasista y desigual, en el que no cabe menospreciar el papel de ciertas personas por evitar injusticias.

Desde mi propia experiencia, sobra decir que pinta verdaderamente interesante el poder analizar todo esto perteneciendo a dos de las realidades existentes, la local y la de los expatriados, pese a que una tercera, el mundo de los vulnerables, siga quedando lejos y pendiente de conocer, a ser posible en un futuro no muy lejano y con la capa de superhumanitario.
Por el momento, me limito a la vida en familia sudanesa, que da mucho que contar, y aprendo, gracias al día a día de una embajada pequeña, divertida y carismática, como buena representación de España, de los actores, tanto nacionales como internacionales, que operan y manejan este país.

Invito a seguir dejando comentarios en el blog, agradeciendo los ya presentes.
Aquí dejo el link de mi álbum de fotos esperado por muchos.
http://picasaweb.google.com/omarahmedabenza/AventurasEnKhartoum?authkey=Gv1sRgCMmlv5LIxq3naQ

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