Meses atrás, dos agentes del cuerpo de policía de El Fasher comenzaron el negocio de sus vidas. Motivados o no por la política, es una cuestión abierta a debate. El caso es que comenzaron un negocio piramidal al más puro estilo Madoff en el que poco a poco todos y cada uno de los habitantes de esta ciudad, de sus alrededores e incluso de otras ciudades del país, vendían sus enseres obteniendo un elevadísimo 50% de beneficio sobre el valor de venta a corto-medio plazo. Dos meses de espera y los cheques se hacían efectivos. A la gente se le ponían los ojos en forma de dólar cual hipnotizados por el tío Sam.
Pues bien, como suele ocurrir en este tipo de juegos, cada vez fueron más y más las personas atraídas por el dinero fácil y cada vez fue mayor la cantidad de dinero que recibían los artífices del negocio piramidal con la venta de todos los enseres que luego pagarían por un precio más alto al de venta. Obviamente los primeros meses el negocio era deficitario, pero el objetivo estaba claro, llegar al mes en el que las ganancias fueran tales que no sólo recuperarían todo el dinero perdido sino que obtendrían enormes ganancias quedándose con casi la mitad del dinero efectivo existente en la región de Darfur del Norte. El momento llegó curiosamente días antes de las elecciones, la pirámide se derrumbó, y sus promotores se llevaron todo el dinero, probablemente a Malasia, paraíso fiscal donde las clases altas de Sudán acostumbran a salvaguardar sus fortunas. Toda persona responsable de tal artimaña desapareció del mapa dejando todo el muerto a los bancos, que pese a su irresponsabilidad, seguramente se quedarían con su parte del pastel.
Lo curioso de todo esto es que al parecer estos energúmenos fueron adquiriendo tal importancia que acabaron siendo candidatos a diputados por el partido del gobierno representando a la región de Darfur del Norte. Así que sus caras sonrientes están colgadas por toda la ciudad desde hace algunas semanas tan pronto como empezó la campaña lectoral. Para colmo, el gobernador de la región prometió antes de las elecciones que si salía reelegido pagaría todo el dinero que la gente había perdido.
Parece ser que nos encontramos ante un escándalo de corrupción. Hay evidencias de que los beneficios de este juego piramidal han servido para financiar la campaña electoral de los ladrones que robarían a sus propios votantes. La cosa no es nada sencilla sabiendo que la gente que ha perdido dinero invertido son no sólo habitantes del El Fasher, sino Janjawids (milicias árabes utilizadas por el gobierno para acallar la rebelión), miembros de los distintos grupos rebeldes, e incluso miembros del propio ejército sudanés.
Dado que esta es una región en conflicto en la que el número de armas por cabeza la sitúa a la cabeza de las estadísticas, las amenazas de montar una batalla campal en venganza al robo, no dejan de crecer. Lo peligroso del asunto es que por primera vez aquellos que se han matado entre ellos durante años, podrían unir fuerzas para atacar al gobierno dado que la gente no tiene ninguna duda que están implicados hasta el cuello y que les han mentido como a niños pequeños.
Se rumorea que el gobierno pagará a los Janjawids al menos para tenerlos contentos y evitarse problemas mayores. Pero lo cierto es que es mucho el dinero perdido y la gente no se quedará de brazos cruzados. Ya han tenido lugar los primeros altercados y durante varios días la gente está saliendo a las calles a protestar, atacando negocios y edificios públicos. Las bombas de humo parecen no callarles. Esperemos que no llegue a más.
Se han oído casos de suicidio por depresión y desesperación al haber perdido tanto dinero. Pero por otro lado, hay otros a los que no les importa tanto el dinero.
“…. tenía invertidos 35.000 Libras sudanesas (unos 10.000 euros), y la verdad que espero tenerlas pronto de vuelta. Pero si no es así, ¿qué mas da?, ¿que valor tienen si estamos acostumbrados?, hace tres años perdí a tres hermanos, al mismo tiempo en que mi familia perdía 700 camellos y cientos de vacas y cabras…” me cuenta Ahmed.
Mientras tanto los humanitarios volvemos al régimen estricto de seguridad. A las 7 de la tarde toque de queda. Las gallinas y los burros que campan a sus anchas entre la oficina y la casa volverán a ser nuestra única distracción después de largas jornadas de trabajo!
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Los timos piramidales no tienen demasiado de original, pero lo que cuentas es un ejemplo endiabladamente cruel y sorprendente de crueldad económica en un marco político peligrosísimo. Una chispa en un polvorín, vamos.
ResponderEliminarMucho ánimo con el trabajo y las semanas que quedan por allí.
Un fuerte abrazo, Omar.
PD: Da por hecho que cantaremos y saltaremos en la terreta.
It seems there are not enough troubles in El Fasher and in Darfur! …and by the way, be careful! Tiziana
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