martes, 29 de marzo de 2011

El rey león


Tuvo que hacerse cargo del trono a una edad temprana. Pese a una visión del mundo algo más contemporánea que la de su predecesor, se vio limitado por los veteranos de la selva que se encargaron de ilustrarle la verdad que en ella reinaba. Los años pasan, la comunicación entre los distintos reinos y especies es cada vez más posible, los errores del actual sistema de trueque provocan frustraciones, y el ruido de la revolución vecina suena alto y claro.

El pueblo siente la necesidad de hacerse escuchar. Se sienten ahogados y la impotencia corre por sus venas. Discrepan, y tienen ganas de gritarlo al viento. Aunque sólo se trate de que el viento escuche, aunque se lleve las palabras.

El ahora menos querido, Simba, no parece esforzarse en respetar la voluntad de sus hermanos, primos y vecinos. Los guardianes de la selva arremeten contra ellos de forma indebidamente desproporcionada. Esta se alborota. Y Simba, susurra, anuncia de soslayo, pero no habla. Ellos son escépticos, ha habido sangre innecesaria. ¿Hasta cuando? Se espera más de él.