domingo, 17 de octubre de 2010

Malnutrición, ¿crónica? ¿cultural?



Imágenes como estas, vistas en directo, obligan a uno a sensibilizar al personal. Así que sumándome a estos días de conciencia mundial sobre el hambre, he aquí algo de información al respecto:

El año pasado morían 250.000 niños de cero a cinco años de malnutrición en Níger. A veces no prestamos la atención que se merece a las cifras, pero esos son demasiados niños. El impacto del cambio climático en el suelo nigerino - sequía, plagas -, la falta de regulación económica ante la especulación de los intermediarios agrícolas, la poca voluntad política y la pobreza institucional, son las causas de una determinante falta de educación sanitaria y nutricional, de la degradación del cultivo, y por ende de la carencia de seguridad alimentaria.

El resultado de tanta escasez, es el gran enemigo a combatir: la malnutrición. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el 48% de los niños nigerinos menores de 5 años, sufren cada año de malnutrición. Por desgracia, no actúa sola, y de forma paralela, especialmente tras la época de lluvias, su amigo paludismo triplica la cifra de víctimas.

Lo grave del asunto, es el incremento incontrolable del fenómeno pese a la existencia de la intervención humanitaria. Una altísima e incontrolada tasa de natalidad, el creciente deterioro medioambiental, y la inaceptable pasividad socio-política, dificultan la victoria ante el enemigo. Y es que como indican los factores mencionados, el problema es estructural y las organizaciones médico-humanitarias se verán siempre limitadas sin una mayor implicación gubernamental, que permita no sólo una mejora económica sino un cambio en la percepción del problema, desgraciadamente normalizado, por parte de la población.

Objetivo cumplido, ya conocen los lectores un poco mejor, el cáncer de los países con bajos índices de industrialización, así como la complejidad de su erradicación.
Bon apetit.

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